El 17 de Mayo es el día que internacionalmente se dedica al reconocimiento de la lucha contra la homofobia, la transfobia y la bifobia. Por eso, hoy es un día para recordar a David, asesinado en su casa tras aparecer en un periódico de su Uganda natal en el que se le visibilizaba como gay y se pedía su muerte; a su compatriota Kasha, violada reiteradamente para que deje de ser lesbiana; la misma condena que tuvo que sufrir la sudafricana Noxolo, antes de ser asesinada hace tan sólo unas semanas; a Stephen y Tiwonge, condenados a 14 años de cárcel tras celebrar su boda en Malawi; a Lourence, perseguido y humillado públicamente por la policía por amar a otro hombre en Kenia; exactamente el mismo delito que han cometido 35 encarcelados en Camerún. Mientras tanto los y las activistas por los derechos LGTB en África siguen jugándose su vida, su integridad, por mejorar la situación de un colectivo hostigado, perseguido, desde las instituciones políticas, religiosas y sociales. Pero no sólo pasa en países africanos.
También en Centroamérica y Sudamérica los asesinatos de personas transexuales, travestis, homosexuales y bisexuales son una constante, como lo es también la violencia, el acoso, la discriminación legal y la marginación social que padecen.
Por ello, hoy, 17 de Mayo, queremos solidarizarnos especialmente con las lesbianas, gais, bisexuales, transexuales y travestis de África, de Oriente Próximo y de América Latina.
Hay que gritarlo bien alto. La LGTBfobia, el odio y desprecio hacia lesbianas, gays, transexuales y bisexuales, mata; y lo hace de muchas maneras. No sólo empuñando armas, también ocasionando y facilitando entre nosotras y nosotros diversos problemas de salud. La prevención del VIH es imposible en un entorno LGTBfóbico que no permite hablar de salud sexual, que no permite hablar de relaciones afectivas y sexuales entre personas del mismo sexo, que estigmatiza, discrimina y margina a las personas que viven con el VIH.
La LGTBfobia es perjudicial para nuestra salud porque también en muchos casos ha llevado y aún lleva a jóvenes y no tan jóvenes a cometer suicidio porque no encuentran otra salida al sufrimiento que les causa, porque sienten que sus vidas no tienen sentido. Los índices de suicidio en el colectivo LGTB doblan, e incluso triplican, el de otros colectivos en riesgo de exclusión social.
Pero el 17 de Mayo no es sólo un día para el recuerdo; también es un día para la acción. Es un día para reclamar que los derechos de lesbianas, gays, bisexuales y transexuales formen parte de las reivindicaciones de reconocimiento de los Derechos Humanos que están acompañando las revueltas en pro de la democracia en la llamada Primavera Árabe en Egipto, Siria o Yemen, éste último uno de los nueve países que aún condena a muerte a las personas que aman a alguien de su mismo sexo.
Reclamamos al Gobierno de Ceuta que trabaje más activamente para que la vida y los derechos de las personas LGTB se respeten, promoviendo el reconocimiento legal de sus derechos civiles y que se haga realidad su derecho a la salud.
La igualdad es tarea de toda la ciudadanía, y las administraciones locales y autonómicas también deben trabajar para su promoción y comprometerse a no dar ni un paso atrás. En derechos, sólo cabe el avance. Por eso, también queremos recordar que el derecho al matrimonio entre personas del mismo sexo, alcanzado en España en 2005, es una de las mejores herramientas de lucha contra la LGTBfobia. Un instrumento que ha otorgado dignidad, seguridad, protección y autoconfianza a miles de personas y a sus familias; y por ello, todos los partidos deben velar por esta ley que nos otorga la igualdad.
Hoy, 17 de Mayo, Día contra la LGTBfobia, reclamamos, pues, el fin de toda discriminación por motivo de orientación sexual e identidad de género y reconocemos que la igualdad legal es el mecanismo más eficaz para combatirla. Nos comprometemos a seguir avanzando. La lucha contra la LGTBfobia es la lucha de todas y todos; es nuestra lucha.
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